En muchos de los conflictos que tenemos con nuestros hijos adolescentes se ve la incapacidad o dificultad de éstos para explicar lo que les pasa. La expresión «no sé» en sus bocas adquiere un amplio abanico de significados al que no siempre podemos llegar. Esto lleva a desencuentros, peleas, desobediencias y una larga de lista de momentos desagradables.
Enseñar a nuestros niños y adolescentes a valorar el momento emocional, aprender a expresar los sentimientos sin agresividad y sin culpabilizar a nadie, ponerles nombre, atenderlos y saber cómo descargarlos, es uno de los ejes de interpretación de lo que nos ocurre.
Esta es una de las mejores enseñanzas que podemos hacer a nuestros hijos y el programa de desarrollo de la inteligencia emocional es el instrumento que ponemos a disposición de niños y adolescentes para manejar sus conflictos.
En el programa se enseñan aquellas habilidades que tienen que ver con la inteligencia emocional y que incluyen la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas, resolver conflictos, tomar decisiones, lograr ese equilibrio entre la razón y las emociones, entre otras.