Algunos padres encuentran que sus hijos, aún sin presentar déficit mental, sensorial o de privación ambiental, no alcanzan el rendimiento inicialmente esperable en su aprendizaje.
Partimos de un diagnóstico correctamente formulado, de la elaboración de un programa de refuerzo comprensivo y adaptado al tipo de dificultades realmente existentes. Todo ello, mediante la selección de actividades significativamente productivas en función del nivel de maduración y estilo de aprendizaje del niño. Para lo cual haremos uso de metodologías lúdico-activas variadas.
CAMPOS DE DIFICULTAD DE APRENDIZAJE DE NUESTROS HIJOS
- Actividad motriz; hiperactividad o hipoactividad, torpeza motora, dificultad de coordinar…
- Atención; bajo umbral
de concentración, dispersión… - Área matemática; problemas en seriaciones, inversión de cifras, reiterados errores en el cálculo…
- Área verbal; problemas en la codificación o decodificación simbólica, irregularidades lectoescritoras, disgrafías…
- Emotividad; desajustes emocionales leves, escasa autoafirmación personal…
- Memoria; dificultades de fijación, olvidos según curva atípica…
- Percepción; inadecuada reproducción de formas geométricas, confusión figura-fondo, inversiones de letras, rotaciones…
- Sociabilidad; inhibición participativa, escasa habilidad social, agresividad.
- Área matemática; problemas en seriaciones, inversión de cifras, reiterados errores en el cálculo…