En un mundo de tantas exigencias nos encontramos en muchas ocasiones que la línea entre lo saludable y lo patológico se vuelve muy delgada.

El deseo de mejorar es inherente a toda persona y no sólo de aquella que tiene una dificultad. Entre las aspiraciones de los seres humanos podemos encontrar algunas como, el crecimiento personal, la solución de problemas de la vida diaria o la optimización de los resultados del esfuerzo personal.

Desde la psicología nos tomamos muy en serio la capacidad que tienen nuestras herramientas para incrementar y sostener el bienestar de las personas, y no sólo de aquellos con patologías.